La permarexia como tal, aún no se considera como una enfermedad, pero los profesionales médicos están empezando a usarla más habitualmente porque puede ser el comienzo de un trastorno alimenticio más grave, como puede ser la anorexia o la bulimia.
La permarexia se considera un trastorno psicológico y lo suelen padecer las mujeres, mayoritariamente. Consiste, principalmente, en el pensamiento continuo de comida, pero también en las calorías que van a ingerir con cada uno de los alimentos. Además, mantienen una dieta estricta para bajar peso.
Las personas afectadas con este trastorno se alimentan de dietas hipocalóricas que suelen alternar con las famosas “dietas milagro”. Tienen miedo a engordar y de ahí su preocupación por la cantidad de calorías que ingieren, así como por mirar el valor nutricional de cada alimento.
Los principales síntomas son los siguientes:
- Obsesión por contar las calorías de los alimentos.
- Baja autoestima.
- Preocupación por conocer todo tipo de dietas.
- Mirar los valores nutricionales de los productos constantemente.
- Implementación constante de “ dietas milagro”.
- Drásticas bajadas y subidas de peso.
- Cambio del estado de ánimo debido al peso.
- Consumo asiduo de productos adelgazante, diuréticos, vitamínicos, batidos…
¿Cómo se detecta este tipo de trastorno?
Según los expertos, la permarexia es el paso previo a la bulimia o anorexia, por eso hay que tener especial cuidado con este trastorno y reconocer las señales.
Una de ellas es la obsesión por contar las calorías y mirar el etiquetado de los productos, que no es negativo, pero sí cuando se convierte en una obsesión. Otra de las señales, y la más destacada, es el haber hecho más de tres dietas en un año para bajar peso, así como el consumo de suplementos, como los diuréticos o los polivitamínicos.
¿Cómo afecta en la vida cotidiana de la persona que lo padece?
Es una enfermedad que va afectando a la persona que la padece y perjudica, sobre todo, a su salud, ya que su obsesión por no engordar hace que no ingiera cierto tipos de alimentos porque tienen grasas, por ejemplo, pero también nutrientes que el cuerpo necesita. La permarexia puede generar los siguientes problemas problemas de salud:
- Pérdida de masa muscular, creando problemas en el metabolismo.
- Deficiencias nutricionales, por evadir la ingesta de ciertos alimentos.
- Anemia, por la falta de hierro.
- Estreñimiento.
- Osteoporosis, ocasionada por la falta de calcio.
- Trastornos en la glándula tiroides, lo que puede afectar en el funcionamiento del metabolismo y se puede desregularizar.
- Úlceras en el estómago, debido a la desnutrición.
- Hipoglucemia, aparece por la falta de azúcar en la sangre.
Se trata, además, de un trastorno psicológico que se relaciona con otros más severos, como la depresión o ansiedad por no sentirse bien consigo mismo, causa también de la baja autoestima.
Las personas que sufren de permarexia tienden a aislarse de otras personas para, así, evitar situaciones que le puedan tentar a comer alimentos calóricos o que no considera adecuados. Este hecho hace que las relaciones se vayan deteriorando, sobre todo si aún no se ha reconocido que se tiene este trastorno.
¿Cuándo acudir al psicólogo en busca de ayuda?
Cuando se tiene un problema psicológico es muy difícil reconocerlo para algunas personas, sobre todo en este caso, porque hasta que no ven la realidad y lo peligroso de la situación no suelen reaccionar.
Se debe acudir al psicólogo cuando el bajar de peso y la cuenta constante de calorías se está convirtiendo en un problema difícil de resolver por sí solo, ya que normalmente, no se cuenta con las herramientas necesarias para solventarlo. Asimismo, otra señal a tener en cuenta, y la más importante, es el deterioro de la salud porque puede llegar a ser muy peligroso llegando a crear, además, otras enfermedades físicas muy peligrosas.
¿Cómo la familia puede ayudar a superar este trastorno alimenticio?
El apoyo de la familia, en este caso, es muy importante, sobre todo porque el proceso de curación en el caso de los trastornos psicológicos es muy lento.
Los familiares deben animarlo a ir a su médico especialista, pero evitar hacer referencia a su peso, calorías, aspecto físico, etc. Esto puede suponer una recaída porque hay que tener en cuenta de que se trata con personas con baja autoestima.