Existe una forma de trastorno depresivo poco conocido, llamado Trastorno Depresivo Estacional, abreviado normalmente como SAD, este trastorno afecta entre un 3% a un 10% de los habitantes de regiones con grandes cambios estacionales. Pero ¿Qué implica el SAD? ¿Cuáles son sus posibles causas? ¿Qué síntomas se pueden presentar? ¿Se puede prevenir? Profundicemos en el tema, para responder estas interrogantes.
Trastorno Depresivo Estacional (SAD)
Es bastante conocido que la transición entre estaciones del año, traen consigo una serie de cambios en la temperatura ambiental, la humedad relativa y la exposición a la luz solar, y esto suele inducir en las personas variaciones en sus niveles de energía y patrones de sueño, y por extensión en su estado de ánimo. Sin embargo, en algunos casos pueden presentarse episodios de depresión de moderada a severa asociadas a estos cambios, que pueden afectar seriamente el normal desenvolvimiento en actividades cotidianas, en el trabajo, estudios y en la capacidad para relacionarse socialmente. En estos casos, podemos estar en presencia de un Trastorno Depresivo Estacional, que es una variante moderada de la Depresión Mayor.
Causas y síntomas asociados al SAD
Una de las hipótesis más plausibles respecto al origen del SAD, es la relación psico-fisiológica que existe entre la exposición a la luz solar y la temperatura, respecto al estado de ánimo, la calidad de los pensamientos y el nivel de estrés. Esto se debe en gran medida, al hecho de que nuestro cuerpo requiere exposición a los rayos ultravioleta para producir vitamina D, la cual a su vez está implicada en la síntesis de dos neurotransmisores asociados al estado anímico y patrones de sueño: la dopamina y la serotonina.
Los síntomas más comunes del SAD incluyen: perdida de interés en actividades cotidianas, disminución de la libido (apetito sexual), somnolencia durante el día, falta de energía, apetito excesivo, tristeza y aislamiento social.
Recomendaciones generales
Las pautas más recurrentes que suelen dar los psicólogos para prevenir este trastorno, suelen ser muy sencillas: es salir a pasear, realizar actividades físicas y lo más importante es rodearse de amigos y familia que sirvan de apoyo emocional. También suelen ser muy efectivas las terapias de conversación y la fototerapia (exposición una fuente de luz artificial). Si presentas síntomas similares a los anteriormente descritos, aunados a pensamientos oscuros o suicidas, te recomendamos firmemente que consultes a un psicólogo profesional, para que te oriente hacia la solución de tu problema.