La conducta disruptiva se refiere a el mal comportamiento o a todas aquellas conductas inapropiadas que toma el niño y que no se ajustan al margen de conducta “correcto” que se esperaría en determinada situación u ambiente.
Si su pregunta en cuestión es ‘mi hijo no me hace caso cuando le pido que recoja los juguetes ¿podría padecer de conducta disruptiva?’ La respuesta es no. Como niños es normal que en ocasiones tomen ciertas conductas inapropiadas, mayormente, por factores de crianza, pero cuando esta conducta es constante y afecta su comportamiento en la casa, la escuela o cualquier sitio, es un caso de asistencia psicológica.
Trastornos de la conducta disruptiva
Los trastornos que te presentaremos a continuación son una fase avanzada que, posiblemente, no fue tratada a tiempo.
Trastorno negativista y desafiante
Este trastorno se manifiesta en el patrón recurrente de conductas desobedientes y desafiantes a figuras que representan una autoridad, así como discusiones o desafíos con respecto a las órdenes, también se encuentran enojados por largos períodos y presentan rabietas frecuentemente.
Trastorno disocial
Los niños con este trastorno manifiestan, constantemente, ira hacia los objetos y las personas. Su conducta está centrada en infringir las leyes. Este es el trastorno más fuerte; sin embargo, su desarrollo es paulatino, los síntomas en la infancia son la crueldad animal, los hurtos, las mentiras abundantes y la destrucción de juguetes propios y ajenos.
Factores de su aparición
Factores familiares
La familia es el entorno donde el niño crece, aprende y se desarrolla, por ello, es de suma importancia las relaciones con sus parientes, así como las normas de convivencia y valores que se presenten en el hogar; recuerda que los niños imitan lo que ven.
Factores escolares
Las escuela es el segundo hogar de un niño; la organización, comunicación y el espacio son factores determinantes que afectan la percepción del niño. Lo ideal es que la escuela promueva un ambiente participativo donde todos se sientan integrados y protegidos.
Tratamiento
No existe un tratamiento definitivo, recuerde que la personalidad del niño también es un factor fundamental. Los tratamientos pueden ser psicológicos, neurológicos e incluso psiquiátricos si el caso es muy avanzado; es importante que todos las personas cercanas que conviven con el niño también asistan.
Consejos para padres y maestros frente a este tipo de conductas
No alces la voz: mantener el tono de voz neutro ayuda a no crear un ambiente donde pueda exaltarse rápidamente; evita discusiones y amenazas, eso solo hará que te desafíe.
Evita usar la fuerza: no lo golpees ni lo trates bruscamente, esto generará más violencia.
Propicia las dinámicas: crea un ambiente donde se sienta incluido, de esta manera no tendrá la necesidad de llamar la atención.
Deja en claro las normas y valores: tanto en la casa como en el aula las normas de convivencia deben ser claras y específicas, debes hacer énfasis y reforzar los valores para evitar el mal comportamiento.