Una fobia es un miedo intenso e irracional que genera en la persona una sensación de ansiedad que no puede controlar. Los síntomas que se producen son de carácter psíquico y físico como el sudor, la taquicardia o temblores, entre otros.
Este temor desproporcionado tiene un impacto negativo en la vida diaria de quien lo padece. Obviamente, no siempre es fácil enfrentarse a ello, por este motivo, hay que buscar tratamiento o ponerse en manos de un profesional que pueda hacer un diagnóstico correcto para llegar a la raíz del problema.
Qué es la hipnofobia
La hipnofobia se define como el miedo a dormir porque pueden surgir pesadillas, o incluso, la persona teme a la muerte. Este trastorno provoca graves consecuencias para la salud mental y física. Lo normal es que se sienta una ansiedad desproporcionada, e incluso, ataques de pánico.
Signos de sufrir Hipnofobia
Aunque, esta fobia puede surgir a cualquier edad, las causas que desencadenan esta patología pueden variar. La emoción al miedo se aprende a través de la observación, y lo más normal, es que la persona que desarrolla la hipnofobia haya tenido malas experiencias cuando duerme.
Estos son algunos de los diferentes síntomas que se pueden producir:
- Ansiedad y angustia.
- Pánico.
- Náuseas, mareo y vómitos.
- Ritmo cardíaco acelerado.
- Insomnio y pesadillas.
- Alucinaciones y delirios.
- Miedo a la oscuridad.
- Dificultad para respirar bien.
- Pérdida de conocimiento
En una gran mayoría de las ocasiones, la hipnofobia tiene un origen desconocido y no se percibe una causa aparente para este miedo irracional.
Consecuencias de los pacientes que sufren este tipo de fobia
La falta de descanso afecta a la vida diaria, por este motivo, lo mejor es aplicar una terapia que pueda identificar lo que genera esta fobia para cambiar los pensamientos negativos e intentar llevar una vida normal.
El sueño es necesario para regular el rendimiento de los sistemas y órganos del cuerpo. Mientras se duerme, el cerebro es capaz de restaurar el organismo y compensar el gasto energético diario. Esto implica una media de siete a ocho horas de sueño diario. Pero, si este problema surge y se acrecenta, es inevitable un agotamiento completo, tanto mental como físico.
Cómo afecta a la vida cotidiana del enfermo y familia
El desarrollo de la hipnofobia y su impacto dependerá de la personalidad del individuo y su capacidad para hacer frente a esta situación traumática. Incluso, hay pacientes que con solo mencionar la palabra sueño, empiezan a sentir ansiedad.
Experimentar un miedo incontrolable por las noches no es fácil y puede generar una neurosis completa. Las personas con hipnofobia tienden a ocultar esta condición o la disfrazan. Pero, no cabe la menor duda de que la privación del sueño plantea un grave peligro para la salud y afecta en todas las facetas de la vida.
Lo normal es que se produzca una sensación de cansancio, falta de concentración y estrés continuo. La persona atormentada se sentirá débil y su entorno se preocupara porque el estado de ánimo puede llegar a la depresión y la calidad de vida reducirse al mínimo.
La psicología y las terapias que ayuda en la hipnofobia
Lo mejor es acudir a un profesional en cuánto se perciba que este miedo no se controla y empieza a afectar a la vida cotidiana de la persona. El tratamiento para la hipnofobia se puede realizar desde una terapia cognitiva conductual
- Se pueden emplear técnicas de relajación para que el paciente controle la ansiedad con la respiración.
- Se puede desarrollar la desensibilización sistemática con la finalidad de que la persona se enfrente a este miedo y desaparezca poco a poco.
- También se busca el cambio de hábitos antes del sueño como no tomar bebidas estimulantes, no usar el móvil si se está en la cama o no dormir con la televisión encendida.
En definitiva, el psicólogo ayudará a la persona con una serie de técnicas que dependen del diagnóstico. No todos los casos son iguales, aunque el objetivo final siempre es el mismo: superar la hipnofobia.