Marisa Gómez Armenteros

AUTOCONTROL: PROBLEMAS CAUSADOS POR LA IMPULSIVIDAD NO CONTROLADA
Trastornos del control de impulsos

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El ser humano experimenta un gran número de emociones diariamente, algunas son positivas y generan felicidad, en cambio, otras son negativas. En ciertos momentos, es normal que una persona pueda tener conductas en las que no hay un razonamiento lógico; sin embargo, si los impulsos no se controlan y son frecuentes, las consecuencias son perjudiciales por esta falta de autocontrol.

Cuáles son los síntomas de la falta de control de impulsos

Hay personas más impulsivas que otras y este tipo de comportamiento irreflexivo e irracional, en muchos casos, es contraproducente. Lo más normal, cuando se actúa de esta manera es no medir las consecuencias de las acciones cometidas. Hay una gran diversidad de alteraciones y síntomas que varían en función del afectado. 

  • Síntomas físicos. Aquí entran las contusiones, magulladuras, cicatrices por quemaduras, cardinales, etc.
  • Síntomas conductuales. Lo más normal es el comportamiento de cólera o una furia explosiva.
  • Síntomas cognitivos. En esta clasificación está la falta de control del impulso, pensamientos obsesivos y compulsivos.
  • Síntomas psicosociales. La depresión, ansiedad, la inquietud o la poca autoestima son algunos de los problemas que afectan a las personas.

Causas de la falta de autocontrol

El origen de estos trastornos en la falta de control de impulsos puede ser por diversos motivos. Aunque en algunos casos, este impulso no controlado es adaptativo, conviene saber cuál es el origen del patrón de esta conducta.

  • Causas genéticas. Los estudios demuestran que hay una influencia genética en estos trastornos del control de impulso.
  • Causas físicas. Hay personas que actúan de esta manera, porque hay problemas en el nivel estructural en el cerebro. Esto podría influir en el funcionamiento del cerebro y la actividad de los neurotransmisores, los encargados del control de los impulsos.
  • Causas ambientales. El entorno también puede afectar a la capacidad de respuestas de una persona. En este caso, se puede llegar a corregir.

Trastornos del control de impulsos

La impulsividad se traduce en un problema si se presentan algunas señales, por lo que vamos a enumerar algunas de estas para observar si es un trastorno. En este caso, lo más correcto es contactar con un profesional para hacer una evaluación acertada.

  • Impaciencia. Las personas impulsivas suelen ser muy impacientes y afecta a las relaciones y sus resultados. Son incapaces de escuchar y respetar los turnos de palabras o una larga cola en un supermercado.
  • Desorganización. Tampoco suelen organizarse y planificarse con tiempo. Por este motivo, son impuntuales y despistados.
  • Frustración. Cuando las cosas no les salen como quieren, se producen reacciones emocionales poco acertadas, porque su nivel de frustración es muy bajo.
  • Falta de constancia. Este tipo de personas tiene mucha dificultad para terminar las tareas que empiezan, en muchos casos, se debe a la falta de concentración y aburrimiento.
  • Insensibilidad. Lo más normal, es que apenas parecen insensibles a los problemas de los demás. Aunque no es así, porque muchas de ellas reflexionan después de una acción. 

Consecuencias de la falta de autocontrol

La falta de control afecta a la persona y su entorno, por lo tanto, es necesario recibir ayuda para evitar complicaciones y problemas añadidos. Estas son las principales consecuencias de estas conductas:

  • Abusar del alcohol, fármacos o drogas
  • Conflictos familiares y laborales por realizar actos sin pensar.
  • Se pueden presentar problemas judiciales.
  • Baja autoestima.
  • También, podrían darse problemas económicos.
  • Finalmente, podría tener un comportamiento autolesivo por el malestar emocional.

Técnicas para tratar la falta de control personal

El profesional en salud mental será la persona que ayude a combatir esta falta de control. Previamente, tendrá que hacer un diagnóstico para saber qué tratamiento es conveniente. Es fundamental que la persona afectada aprenda a manejar la impulsividad para mejorar la calidad de vida.

  • Estilo de vida saludable. En primer lugar, tendrá que aprender a llevar una buena dieta y hacer ejercicio para gestionar mejor el estrés.
  • Control de las adicciones: Un gran número de personas con este trastorno usan sustancias para estar más relajadas y menos agresivas. Por lo tanto, hay que meter control a la ingesta de drogas o fármacos.
  • Relacionarse con personas equilibradas. Esto es de vital importancia porque cuando las personas están en un entorno relajado, calmado y reflexivo ayuda a su proceso.
  • Técnicas de relajación. Por último, es conveniente realizar técnicas de relajación y aprender a respirar para tener un mayor control. El yoga, el tai chi o cualquier actividad que favorece este estado es aconsejable.

En conclusión, los problemas causados por la impulsividad no controlada deben tratarse a tiempo. En muchos casos, este trastorno se resuelve con una terapia apropiada y la supervisión de un buen profesional.

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