Para tirarse del pelo
La expresión se aplica literalmente a esta patología psicológica conocida como tricofagia. Se define como el comportamiento compulsivo de comer pelo. Este se llega a obtener de cualquier parte del cuerpo donde lo haya. Y es una patología relacionada con otra: la tricotilomanía, la compulsión de sacarse pelos. Aproximadamente, un 30% de los tricotilomaníacos son tricófagos. El acompañamiento de un psicologo es de máxima prioridad siempre.
La psicologia conoce dos versiones de la enfermedad (tricofagia): una, denominada focalizada, que se da si el paciente se para a acariciar, arrancar y comer su cabello; otra, automática, que sucede si la fagocitación se produce en cualquier momento y de forma, aparentemente, casual. La edad de inicio suele ser la adolescencia, extendiéndose indefinidamente, cronificándose si no recibe atención.
En todos los casos, la patología aumenta en intensidad y se cronifica, por lo que la atención médica por parte de un psicólogo debe activarse tan pronto se detecte el problema. Físicamente, puede notarse por las calvas, eccemas o irritaciones localizadas en zonas velludas. También, y esto es más grave, por problemas digestivos. En este caso, lo que sucede es que los pelos consumidos han formado una bola (conocida como tricobezoar) o se han extendido por parte del aparato gástrico, dificultando las digestiones y la expulsión de heces. En los casos más avanzados es necesaria la cirugía para solucionar el taponamiento.
Se sigue investigando el origen de la enfermedad. La psicologia tiende a señalar el estrés y las situaciones agobiantes, pero no hay certeza suficiente. Los tratamientos propuestos van desde los farmacológicos a los conductuales, siendo una equilibrada combinación de ambos la solución más deseable, completa y orgánica.