Marisa Gómez Armenteros

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La encopresis infantil es un trastorno funcional del control de esfínteres que afecta a niños de ambos sexos, aunque con una mayor incidencia en los varones, una vez que han superado los 4 años de edad. Consiste en la defecación (casi siempre involuntaria) en lugares inapropiados, muchas veces en la misma ropa.

Sin ser un problema que ponga en riesgo la salud física de los niños, sí que puede afectar seriamente a su salud emocional, causando vergüenza y pérdida de autoestima.

A continuación te mostramos de una forma más detallada qué es la encopresis infantil, sus causas más comunes, cómo deben los adultos afrontar este trastorno infantil y cuándo es aconsejable acudir a un especialista.

¿Qué es la encopresis infantil?

La encopresis infantil se caracteriza por una eliminación de las heces involuntaria y repetida en lugares considerados inapropiados o en su propia ropa en niños de una edad superior a los 4 años, que es la edad en la que los pequeños deberían haber aprendido a evacuarlas de un modo controlado.

Además de la lógica preocupación que este problema provoca en los padres, la encopresis puede llegar a suponer una causa de angustia y estrés en los pequeños. Este problema médico está relacionado con diferentes factores, emocionales, conductuales y físicos.

¿Qué produce la encopresis infantil?

Como en tantos trastornos, el origen de la encopresis infantil es multifactorial. A continuación te exponemos sus causas más habituales:

  • Estreñimiento crónico: esto puede deberse a una dieta inadecuada con una insuficiente cantidad de fibra y de líquidos. La materia fecal se acumula en el colon y debilita los músculos del recto, provocando pérdidas de heces involuntarias.
  • Factores emocionales y psicológicos: en ocasiones la encopresis es una forma en la que el niño expresa su angustia ante situaciones de estrés provocadas por cambios significativos en su vida, como cambios de colegio, mudanzas o el nacimiento de un hermano.
  • Factores físicos: como problemas metabólicos, enfermedades neuromusculares o anomalías en el tracto intestinal.
  • Hábitos irregulares de evacuación: los pequeños pueden desarrollar estos malos hábitos por diferentes causas, como que el baño esté ocupado o no se encuentre los suficientemente limpio, lo que les lleva a una retención prolongada de las heces y una posterior evacuación inapropiada.

¿Cómo ayudar a un niño con encopresis?

Sin duda, la base de toda ayuda a los pequeños que padecen este trastorno es tener comprensión y paciencia, y en ningún modo provocarles un sentimiento de culpa. Algunas estrategias para afrontar la encopresis infantil son los siguientes:

  • Comunicación abierta: hablar sobre el problema con el niño de un modo comprensivo y aclarándole que él no tiene la culpa y que cuenta con todo el apoyo para superarlo.
  • Establecer una rutina de evacuación: establecer un patrón regular para ir al baño, animando a usarlo a las misma horas todos los días.
  • Dieta equilibrada: reforzar la ingesta de fibra y líquidos en las comidas.
  • Mantener un ambiente relajado en el baño: de modo que el niño se sienta cómodo y tranquilo.
  • Usar recompensas: premiar al niño con algún tipo de incentivo cada vez que va al baño.

Pedir ayuda a un especialista

La encopresis infantil es un trastorno que suele desparecer siguiendo los consejos expuestos en el punto anterior. Sin embargo, hay algunas situaciones que hace aconsejable la consulta con un especialista, como una persistencia prolongada del problema, un impacto significativo en la calidad de vida del niño (rendimiento escolar, relaciones sociales, bienestar emocional…) o una resistencia del pequeño a superar el problema.

Superar la encopresis infantil supone muchas veces un desafío, tanto para los pequeños como para sus padres, pero con un poco de paciencia, unos hábitos saludables y el consejo de un especialista cuando sea necesario, este trastorno puede dejarse atrás en poco tiempo.

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