El chantaje emocional es una forma de violencia psicológica con la que una persona manipula a otra utilizando la culpa y el miedo para lograr unos objetivos concretos. El término apareció por primera vez en el año 1947 y fue popularizado por la psicoterapeuta Susan Forward.
El chantaje emocional es transversal en todo tipo de relaciones, pudiendo darse en el ámbito personal (parejas, padres, hijos…) y en el laboral. Las consecuencias de este tipo de violencia psicológica son tóxicas y el primer paso para liberarse de ellas es reconocer sus características.
Perfil del chantajista emocional
El perfil aparente más común de un chantajista emocional es el de una persona absolutamente normal, incluso con un carácter resolutivo. Sin embargo, detrás de esa apariencia se esconden unos rasgos psicológicos totalmente diferentes.
El chantajista emocional posee una gran intuición para detectar los puntos débiles de sus posibles víctimas, sabiendo hacer uso de ellos para lograr sus fines.
Tienden a ser muy controladores y no dudan en volver los sentimientos y emociones de los demás en su contra. Poseen una baja tolerancia a la frustración lo que les lleva a experimentar enfados e incluso episodios de ira inapropiada cuando sus deseos no se ven satisfechos.
Por norma general son personas egocéntricas, en ocasiones incluso ególatras, a las que no les interesa los problemas de los demás, únicamente los propios. Para resolver estos no dudan en recurrir a cualquier tipo de manipulación.
Tipos de chantajistas emocionales
Como ya hemos indicado, el chantaje emocional es transversal en las relaciones humanas y cualquiera puede ser un chantajista emocional, ya sea de forma puntual o extendida en el tiempo. Sin embargo, puede hablarse de cuatro tipos de chantajistas emocionales según la psicoterapeuta estadounidense Susan Forward, una de las máximas autoridades de la materia a nivel mundial.
- Castigadores: amenazan a su víctima si no ven satisfechos sus deseos.
- Autoagresivos: amenazan con autolesionarse si son contrariados.
- Mártires: apelan al sentimiento de culpa de su víctima haciéndose ellos mismos las víctimas.
- Seductores: prometen grandes beneficios para su víctima pero solo si esta se pliega a sus deseos. Es posiblemente la forma más sutil de chantaje emocional.
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Emociones que el chantajista emocional pretende provocar en su víctima.
En general, el miedo, la culpa y la vergüenza de las víctimas son las emociones de las que se vale el chantajista emocional para lograr sus objetivos. Sus estrategias terminan muchas veces minando la moral de sus víctimas y socavando su autoestima.
Los chatajistas emocionales son muy intuitivos para descubrir los puntos débiles de las personas a las que chantajean, que por lo general suelen tener una exagerada necesidad de aprobación, inseguridad, miedo al abandono, temor a los conflictos, etc.
Consecuencias del chantaje emocional en la persona chantajeada
Las víctimas de un chantaje emocional se ven inmersos en lo que la escritora y ganadora del Nobel de Literatura Doris Lessing definió como una “niebla psicológica” en la que no están muy seguras de si son las víctimas o las culpables de la situación.
Esta situación de incertidumbre conduce muchas veces a un creciente estrés, ansiedad, insomnio e incluso a depresiones severas.
Los problemas emocionales causados por este tipo de violencia psicológica pueden llegar a mostrar signos físicos como jaquecas, dolores musculares, alteraciones en la piel o problemas gastrointestinales, entre otros.
Pautas para neutralizar el chantaje emocional
El primer paso es reconocer el problema, tomar consciencia de que estás sufriendo un chantaje emocional por parte de otra persona con unas consecuencias negativas.
Una vez llegado a ese punto es fundamental que elimines cualquier rasgo de culpa o miedo y que aprendas a pronunciar una palabra que en este tipo de situaciones puede llegar a ser un auténtico salvavidas: NO.
Una negativa inquebrantable a las exigencias del chantajista emocional consegurirá que este desista de su empeño. Da igual cuáles sean las amenazas, no las cumplirá. Ceder hará que esa persona refuerce su posición y que debilites la tuya, con el consiguiente daños a tu autoestima. Es un círculo vicioso que debe cortarse de raíz.
Salir de una situación de chantaje emocional requiere un gran esfuerzo porque, en muchas ocasiones, conlleva un cambio radical en las propias pautas de comportamiento. Si no logras salir de una relación tóxica de estas características, no dudes en ponerte en contacto con un profesional de la psicología. Existen diferentes terapias conductuales capaces de ayudarte en un corto periodo de tiempo.