Marisa Gómez Armenteros

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Cuando una persona finge ser alguien que no es para conseguir algún beneficio, ya sea a nivel social o económico, recibe el nombre de impostor. Sin embargo, en psicología, quien sufre el conocido como síndrome del impostor no camufla su verdadera personalidad para conseguir un beneficio frente a terceros, sino que se convierte en la propia víctima de su engaño (más bien deberíamos denominarlo autoengaño). Veamos en qué consiste este trastorno psicológico.

En qué consiste el síndrome del impostor

Lo primero que llama la atención de este trastorno es que afecta a personas que han tenido éxito en la vida, ya sea a nivel profesional, económico o académico. Y es un síndrome muy extendido (se calcula que puede afectar a 7 de cada 10 personas en algún momento de sus vidas).

El síndrome del impostor consiste en una intensa sensación de culpa a causa de los éxitos obtenidos, en la sensación de no merecer semejante suerte y de que esta solo es fruto de la casualidad y no del esfuerzo. Los afectados por este trastorno creen que el éxito de sus vidas es un fraude y que es inmerecido, lo que les lleva a vivir con el miedo a ser “desenmascarados” en cualquier momento.

Síntomas del síndrome del impostor

Aunque en ocasiones sufrir este síndrome puede conducir al afectado a redoblar sus esfuerzos en el campo profesional o académico, muchas veces provoca un descenso del rendimiento debido a las dudas acerca de las propias capacidades, a ser sobrepasado por las circunstancias o a marcar unos objetivos inalcanzables que solo conducen a la frustración.

En definitiva, el síndrome del impostor es muchas veces un camino para sabotear el propio éxito. Esto puede provocar un pesimismo crónico y un miedo al fracaso casi paralizante.

Posibles causas del síndrome del impostor

El origen del síndrome del impostor es multicausal y varía según la persona que lo padece.

Muchas veces el entorno familiar es un factor importante. Pertenecer a una familia muy exigente respecto a los logros personales o a la que pertenezcan personas que han alcanzado grandes cotas de éxito profesional puede provocar una excesiva autoexigencia y un temor constante a no estar a la altura de sus exigencias.

La baja autoestima, la falta de seguridad en las propias capacidades o el recuerdo de fracasos pasados también pueden conducir a sufrir este fenómeno psicológico.

Aunque el síndrome del impostor puede surgir en cualquier momento, los cambios en la vida laboral o académica pueden ser detonantes de algunos de sus síntomas, por ejemplo cuando se cambia de empleo o cuando se emprende un nuevo proyecto empresarial. El temor a no estar suficientemente preparado para los nuevos retos puede llegar a ser paralizante.

Consecuencias del síndrome del impostor

El temor y la angustia provocada por la sensación de no merecer el éxito, de no estar a la altura, de estar usurpando el lugar que merecería ocupar otra persona, entre otros síntomas de este trastorno, puede terminar afectando de un modo notable la salud emocional de la persona afectada.

Entre sus consecuencias más graves destacan la depresión, cuadros de ansiedad general, insomnio, sentimientos constantes de frustración y pérdida progresiva de la autoconfianza.

Recomendaciones básicas para tratar el síndrome del impostor

Como ocurre con cualquier trastorno psicológico es fundamental tomar consciencia de que se padece un problema.

Ante cualquier síntoma de culpabilidad, temor o angustia ante una situación de éxito es importante centrarse en los pensamientos positivos y rechazar los negativos, apreciar los esfuerzos que se han realizado en el pasado para llegar a la situación actual y plantear objetivos racionales y desechar los que sean inalcanzables, los cuales solo conducen a la frustración.

Sin embargo, no siempre disponemos de los recursos para alcanzar esta disciplina mental y ese es el momento de recurrir a la ayuda de un profesional de la psicología.

Cuál es la terapia más adecuada

Cada persona es un mundo y el tratamiento psicológico para combatir el síndrome del impostor varía según las particularidades de cada afectado.

Entre las terapias más utilizadas por los psicólogos en este tipo de tratamientos destacan la psicoeducación, la reestructuración cognitiva, el desarrollo de técnicas para el control de la ansiedad, etc.

No aceptar el éxito es uno de los caminos más directos hacia el fracaso. El síndrome del impostor afecta a millones de personas en todo el mundo con graves consecuencias psicológicas en muchos casos. Un buen asesoramiento profesional y ciertos cambios en algunas dinámicas psicológicas pueden ser suficientes para dejarlo atrás y disfrutar del merecido éxito que se ha alcanzado.

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