La obesidad infantil se está convirtiendo en un auténtico problema en la gran mayoría de países desarrollados y es un claro indicador de futuras generaciones de adultos obesos. Los graves problemas de salud asociados a la obesidad está dando lugar a una verdadera pandemia en el siglo XXI.

¿Qué causa la obesidad en los niños y adolescentes?

Aunque una alimentación inapropiada y un escaso gasto energético son las principales causas de la obesidad en niños y adolescentes, existen otro tipos de factores que aumentan el riesgo de sobrepeso, entre ellos, los hereditarios, los psicológicos y los socioeconómicos.

Consecuencias del sobrepeso en la salud física y emocional del niño

La obesidad infantil es un problema social que hay que considerar seriamente puesto que da lugar a enfermedades que hasta hace poco eran propias de la población adulta: diabetes, colesterol, presión arterial alta o trastornos del sueño. Pero, además, entre la población infantil que sufre obesidad se producen frecuentemente complicaciones sociales y emocionales como baja autoestima, problemas en el comportamiento y en el aprendizaje e, incluso, depresión.

Baja autoestima

Un niño con sobrepeso suele ser objeto de burlas e intimidaciones y, como consecuencia, su autoestima se ve considerablemente dañada; aunque pueda parecer extraño, es bastante frecuente ver a menores sufrir algún tipo de episodio depresivo que son ocasionados por los problemas derivados de su peso corporal.

Problemas en el comportamiento y en el aprendizaje

Los menores con problemas de obesidad suelen mostrar ansiedad y menores habilidades sociales que los niños que mantienen un peso corporal normal. Estos síntomas pueden derivar en problemas de aislamiento social, mal comportamiento y, en consecuencia, un bajo rendimiento académico y problemas de aprendizaje.

Depresión

La discriminación a la que suelen verse sometidos los menores con sobrepeso puede provocar serios daños emocionales que sí no son tratados de forma correcta pueden perpetuarse a lo largo del tiempo. El sobrepeso tiene un gran impacto sobre la salud emocional del niño, la figura del psicólogo es sumamente importante para que los menores puedan sentir que no están solos y afrontar con éxito todo el proceso por el que deben pasar para que se produzca la aceptación de su propio cuerpo.

El psicólogo como apoyo a la intervención médica y nutricional

Generalmente, se suele tratar las alteraciones alimenticias tan solo desde la perspectiva médica y nutricional; al no contemplarse el aspecto emocional y psicológico del niño, el índice de fracaso para abordar los problemas de obesidad es bastante alto. Atender y cuidar la salud emocional del niño, supondrá un gran paso adelante para crear una mayor sensación de bienestar y satisfacción, tanto en el menor como en sus progenitores.

Podríamos concluir que, ante un problema de tal magnitud, es necesario perder el miedo a acudir a la consulta de un psicólogo. Los profesionales de la psicología son el apoyo necesario que complementan la intervención de los profesionales médicos y nutricionales. Trabajar en equipo y una